Crema de brócoli en Thermomix: receta saludable

Receta ↓ Ángela Solar

¡En solo minutos, tu Thermomix te regalará la más cremosa y exquisita crema de brócoli! Perfecta para una cena ligera o como entrante nutritivo, esta receta es un festín de sabor y salud en cada cucharada. Si buscas impresionar y cuidarte al mismo tiempo, ¡esta crema es tu solución estrella!

Ingredientes necesarios

Prepárate para una experiencia culinaria que te va a dejar sin palabras. Aquí tienes los protagonistas de una crema de brócoli que va a marcar un antes y un después en tu paladar:

• Brócoli – 500 g cargados de energía verde, esos pequeños árboles que son un tesoro nutricional.
• Patata mediana – La artista que aporta esa textura aterciopelada y reconfortante a nuestra crema.
• Cebolla – Con su dulzura natural, es la que teje los sabores en un tapiz de delicias.
• Ajo – Dos dientes, pequeños pero valientes, que añaden un toque de magia y carácter.
• Aceite de oliva virgen extra – Unas gotas de este oro líquido y tu crema se transforma en un manjar de dioses.
• Caldo de verduras – El alma líquida que une a todos los componentes en un abrazo cálido y sabroso.
• Leche o bebida vegetal – Aquí es donde tú juegas y decides: ¿será una crema ligera o un abrazo cremoso?
• Sal y pimienta – El toque final para despertar los sabores y llevarlos al infinito y más allá.
• Una pizca de nuez moscada – El detalle sutil que hace que cada cucharada sea una aventura.

Estos son los guardianes de un sabor legendario, los elegidos para una crema de brócoli que nutre, reconforta y enamora. ¡Atrévete a experimentar y haz que cada cucharada cuente!

Preparación paso a paso

¡Vamos allá! Imagina ese brócoli transformándose en una crema tan suave que se deslizará en tu paladar. Primero, dale un buen baño al brócoli y trocéalo en ramilletes pequeñitos, perfectos para que nuestra Thermomix los abrace con cariño.

Es el momento de la magia: echa el brócoli en la Thermomix, añade un chorro de agua y una pizca de sal que realce su sabor. Programa esos 20 minutos a temperatura Varoma, velocidad 1, y déjate llevar por el aroma que empezará a inundar tu cocina. Aprovecha para picar esa cebolla y el ajo, que luego sumarán sus sabores al festín.

Cuando el brócoli esté tierno y cocido, toca triturar. ¿Te gusta con tropezones o suave como la seda? Tú decides. Dale caña 30 segundos a velocidad progresiva 5-10. Y ahora, el gran final: un hilo de aceite de oliva virgen extra y una pizca de pimienta negra recién molida para coronar tu obra. Pruébala y dime si no es para cerrar los ojos y disfrutar.

Personaliza tu crema

¿Quién dijo que la crema de brócoli tenía que ser siempre igual? En mi cocina, cada receta es una oportunidad para experimentar y, con la Thermomix, es aún más fácil.

A mí me encanta añadirle pollo asado que me haya sobrado del día anterior o unos cubitos de tofu marinado para darle un giro interesante. ¿Y tú? ¿Te atreves a probar algo nuevo?

Para los que buscan opciones sin gluten, os entiendo perfectamente. Mi hermana es celíaca, y siempre estamos buscando maneras de adaptar las recetas.

Por suerte, con la Thermomix, es pan comido. Simplemente usa alternativas libres de gluten y listo, ¡a disfrutar sin miedo a los malestares!

Recuerda, la cocina es tu escenario, y la Thermomix, tu compañero de aventuras culinarias. ¡No te cortes y personaliza tu crema de brócoli a tu antojo!

Trucos y consejos

Desde que probé esta técnica, no hay nada que me guste más que ver cómo la crema de brócoli cobra vida en mi Thermomix.

Déjame revelarte cómo conseguir esa textura que es pura caricia al paladar: una vez triturada, permite que la Thermomix gire un par de minutos más a velocidad 2. Este pequeño truco hace que la crema se airee y adquiera una suavidad sublime.

Para la presentación, me encanta añadir un toque personal que embruja los sentidos. Imagina una lluvia de almendras tostadas picadas sobre la crema, seguida de unas hojas de albahaca que aportan frescura y color. Esos detalles simples pero elegantes son los que elevan tu plato a la categoría de obra maestra.

Y si te encuentras con sobras, que sepas que tienen una segunda vida maravillosa. Guárdalas en el frigorífico en un recipiente hermético y, al recalentar, añade un poco de leche para que la crema recupere su esplendor.

Es como si el tiempo se detuviera y la crema volviera a ser la estrella de tu mesa.

• Un chorrito de nata puede ser el secreto para una cremosidad de ensueño.
• Un puñado de semillas de calabaza tostadas aportará un contraste crujiente que te sorprenderá.
• Las sobras se pueden congelar y, al descongelar, parecerá que has vuelto a cocinar el día de su estreno.